Por: Jorge E. Giraldo
El Departamento del Cauca ha sido un departamento pobre a pesar de haber tenido una larga historia política a nivel nacional, contándose entre sus hijos ilustres a Presidentes de la República, del Congreso, ministros y demás personajes en los más altos cargos en todos sus niveles. Los últimos de ellos han sido Luis Fernando Velasco quien fue Presidente del Congreso, Aurelio Iragorri Valencia Ministro de Agricultura y del Interior en el Gobierno de Juan Manuel Santos y actualmente el “Mono” Eduardo José González Angulo en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. Sin contar a congresistas como Paloma Valencia, quien grita y le habla al “oído” al Presidente como ella misma lo ha manifestado.
El entierro colectivo de los jóvenes asesinados en Buenos Aires, el dolor embarga a muchas familias enlutadas por la violencia.
Es triste ver la situación de pobreza y hambre que viven muchas comunidades del Cauca, un departamento demasiado rural, cuyos campesinos a veces ni tienen vías de acceso para sacar sus productos para la venta o para comprar insumos.
El Cauca ha sido castigado por la violencia desde hace muchos años, grupos armados al margen de la ley, cultivos ilícitos, minería ilegal, desempleo y en las últimas semanas ha sido noticia nacional por las masacres en Buenos Aires, derrumbes de minas ilegales, por el soldado que mató a una señora o por el cargamento de droga que incautó la Policía en una carretera. No son noticias muy agradables las que se generan.
Desafortunadamente el desempleo y la falta de oportunidades obliga a los jóvenes y hasta niños a vincularse a actividades ilícitas, engrosan los grupos armados al no tener otra opción de vida (sin justificarlo), o se entierran en las entrañas de la tierra extrayendo el oro que les puede cambiar el rumbo de la vida, allí muchas veces encuentran es la muerte.
Hay niños que para poder ir a estudiar deben trasladarse en un trayecto hasta de dos horas, y en muchas ocasiones hasta sin desayuno, o con una agua de panela en su estómago.
Todo se ha ido en promesas politiqueras, cada que hay un proceso electoral es que se acuerdan de la gente más humilde para que vote por los mismos de siempre y nunca vuelven ni a dar las gracias, menos a cumplir lo prometido. Los Congresistas del Cauca ni en la pandemia se acordaron del pueblo que los ha llevado a las más altas dignidades por elección popular.
La última fue la masacre en Buenos Aires, la tierra donde nació el Gobernador Elías, quien ha hecho presencia como ninguno en todos los municipios del Cauca, tiene voluntad y está haciendo las cosas bien, pero tantos años de olvido y de atraso, una deuda histórica que se tiene no se paga de la noche a la mañana. Hay generaciones enteras viviendo en medio de la pobreza y la violencia y esto deja una huella difícil de borrar. Solo la inversión social, oportunidades de educación, laborales y todo aquello que mejora la calidad de vida de la gente es el mejor remedio para erradicar la violencia, un niño ocupado y bien educado no se va por el camino equivocado.
El Cauca necesita de toda su gente unida para salir adelante, la única oposición que debe existir es contra la violencia, y contra el hambre, generar oportunidades y seguridad para que lleguen empresas a generar empleo y desarrollo. Que las noticias que salgan en los medios de comunicación nacional sean positivas y alentadoras. A eso es que se le tiene que apostar.
A todo lo anterior hay que añadirle la corrupción que se enquistó a muchas entidades públicas y los recursos de la salud se desvían hacia funcionarios inescrupulosos y corruptos y la gente no denuncia por temor o porque sencillamente todo se queda en “investigaciones” y nada pasa. Esto también a ayudado a la situación de pobreza del Departamento del Cauca.